jueves, 8 de octubre de 2009

Sobre Jacques-Luis David

En la película "Danton" aparece también otro personaje: David, el pintor de la Revolución. Los artistas se han aliado con frecuencia con el poder a lo largo de la Historia. Era la forma que tenían los gobernantes de hacerse publicidad, y de dar una imagen de poder y respeto. Los retratos son con frecuencia idealizados; el retratado tenía que dar una imagen de ser una persona llena de virtudes, aunque en realidad no las tuviese. También ha sido frecuente en el arte utilizar la mitología griega y romana, que hacen referencia a acontecimientos históricos del presente, a virtudes, etc.

Así como Velázquez fue el pintor de cámara del rey Felipe IV en la España en el siglo XVII (realizando espléndidos retratos de los monarcas, de su familia, de los políticos de su tiempo, o de batallas ganadas por el rey en Europa), la Revolución Francesa y Napoleón también contaron con un gran pintor, Jacques-Luis David (1748-1825). Fue amigo de Robespierre. Cuando tengáis ocasión de ver la película de Danton de la que tanto os he hablado, podréis ver a David en su estudio trabajando. Su amistad con los jacobinos provocó que fuese encarcelado cuando comenzó el período conservador republicano. Más tarde, Napoleón le tomó a su servicio, para que le retratase en momentos de gloria del emperador.


Una de sus primera obras (pintada en 1785, cuatro años antes del inicio de la Revolución Francesa) fue "El juramento de los Horacios". Aunque el tema del cuadro (pintado para Luis XVI) es clásico (tres hermanos trillizos juran defender a Roma), el objetivo de David fue pintar hombres deseosos de entregar sus vidas por la patria. Es una alegoría de la importancia de luchar por la independencia de Francia, si es necesario con las armas.

(podéis pinchar en las imágenes para verlas más grandes)

Ya en 1791, iniciada por tanto la Revolución, va a pintar su famoso Juramento del Juego de Pelota. Fijaos como logra el autor pintar la agitación de los miembros de la Asamblea, que sería propia de un momento histórico que el pintor consideraba tan importante. Todos los brazos confluyen en el personaje que está leyendo el juramento de que la Asamblea no se disolvería hasta no haber dotado a Francia de una constitución que fuese la auténtica voz del pueblo:


Uno de sus cuadros más importantes fue el retrato de uno de los revolucionarios más famoso, Marat, en el momento de su muerte. Marat era periodista, y fue asesinado por una girondina, mientras estaba tomando un baño. Marat es retratado tal y como murió, con naturalidad, pero a la vez, David quiere hacer que parezca un héroe de la revolución, que muere por sus ideas. Marat tenía una enfermedad en la piel, que le obligaba a tomar largas sesiones de baño. Así, tenía que escribir sus artículos dentro de la bañera. Viendo el cuadro, sabemos que estaba escribiendo en el momento en el que le asesinaron. Marat se convirtió en un mártir de la revolución. Y el pintor colaboró a ello con su cuadro.


Tras un tiempo encarcelado, Napoleón solicitó los servicios de David. Retrató al emperador, por ejemplo, en un momento solemne, el día de su coronación:






También, de pie en reposo en su estudio, con el famoso gesto del emperador de meterse la mano por debajo de la camisa. O a caballo, como un general victorioso y poderoso, dominando el caballo en corveta, cruzando los Alpes.





Después de caer Napoleón, los borbones volvieron al poder. David decidió exiliarse en Bruselas. Después de su muerte, algunos de sus retratos se vendieron en subasta en París, por precios muy bajos. Su famoso lienzo de Marat se mostraba en una sala especial retirada, para no enfurecer al público. No se permitió que el cuerpo de David regresara a Francia, a pesar de las peticiones de su familia, por la intervención que David tuvo en la ejecución de Luis XVI y por lo tanto fue enterrado en Bruselas, pero su corazón fue llevado a París.

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